El propósito de la Universidad Bíblica Harvest es ayudar a toda iglesia y todo Cristiano a cumplir la Gran Comisión de Jesucristo a través del mundo. Jesús dijo, Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo (Mateo 28:18-20).
La Universidad Bíblica Harvest ayuda a Cristianos a obtener la educación que ellos necesitan, permitiéndoles que la universidad Bíblica sea financieramente accesible para aquellas personas que no pueden pagar miles de dólares al año para asistir a una universidad Bíblica más reconocida y más cara. También hacemos más fácil la asistencia a la universidad mediante su localización en la ciudad. La educación Bíblica puede ser obtenida por personas de diferentes grupos étnicos y niveles socio–económicos. La Universidad Bíblica Harvest hace que el entrenamiento sea práctico para aquellos que desean una educación enfocada en la Palabra de Dios, la vida Cristiana y el ministerio. Harvest ayuda a las iglesias a desarrollar miembros leales y competentes que trabajarán con su Pastor en la manera que este les guíe. ¡Harvest es lo que usted había estado buscando!
La Universidad Campus de Vida
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NOSOTROS CREEMOS que Dios es el Rey eterno. Su Reino es para siempre. Él reina en santidad absoluta, justicia y amor. Él existe desde la eternidad como el único y verdadero Dios en tres personas, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, los cuales tienen igualdad en poder y gloria. Como el Padre, Él es el origen de todas las cosas; como el Hijo, Él es el mediador de todas las cosas, y como el Espíritu Santo, Él es el santificador de todas las cosas.
NOSOTROS CREEMOS que desde Su eterno trono, a través de Su Hijo, Su Palabra eterna, Dios creó, mantiene y gobierna todo lo que existe: Los lugares celestiales, las huestes angelicales, el universo, la tierra, todo lo que vive, el hombre y que es bueno.
NOSOTROS CREEMOS que Satanás, originalmente un gran y magnífico ángel, se rebeló en contra de Dios, tomando una hueste de ángeles con él, fue echado fuera de la presencia de Dios y estableció un reino de tinieblas e impiedad en la tierra.
NOSOTROS CREEMOS que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, varón y hembra, para tener comunión con Él y para gobernar la tierra. Bajo la tentación de Satanás de ser como dioses, nuestros padres originales cayeron de la gracia, trayendo el pecado, la enfermedad y el juicio de Dios de muerte en la tierra. A través de la caída, Satanás y sus huestes demoníacas ganaron acceso a la creación de Dios. La creación ahora experimenta las consecuencias y los efectos del pecado de Adán, y está sujeta al juicio de Dios de muerte y al reino de las tinieblas de Satanás.
NOSOTROS CREEMOS que Dios no abandonó su reinado sobre la tierra y Él continúa manteniendo Su providencia. Comenzando con Abraham, Él estableció Su pacto de gracia, uniéndose incondicionalmente a Su pueblo Israel, prometiendo redimirlos de su esclavitud al pecado y Satanás, y bendiciendo a todas las naciones a través de ellos.
NOSOTROS CREEMOS que como el Rey, Dios después redimió a Su pueblo a través de sus hechos poderosos y los libró de su esclavitud en Egipto y estableció un pacto de ley, revelando Su perfecta voluntad y nuestra obligación de cumplirla. El propósito de la ley es para poner en orden nuestra raza caída y para hacernos conscientes de nuestra responsabilidad moral. Nos declara culpable de nuestro pecado y del juicio de Dios en contra nuestra, y nos trae a Jesucristo solamente para salvación.
NOSOTROS CREEMOS que cuando Israel rechazó el reinado de Dios, Él estableció un monarca en Israel e hizo un pacto incondicional con David, prometiendo que su descendiente restauraría el Reino de Dios sobre Su pueblo como Mesías para siempre.
NOSOTROS CREEMOS que a su debido tiempo, Dios hizo honor a sus pactos con Israel y Sus proféticas promesas de salvación, mandando a Su Unigénito Hijo, Jesús, al mundo para librarnos del reino de Satanás, para morir por nuestros pecados, para ser resucitado de los muertos, y para llenar a cabalidad el pacto de bendición dado a Abraham.
Jesús, el Mesías de Dios, fue concebido por el Espíritu Santo, nacido de una virgen, María, como completo Dios y completo hombre. Él es la humanidad como Dios intentó que nosotros fuéramos. Lleno de poder por el Espíritu Santo, Jesús inauguró el Reino de Dios en la tierra, triunfando sobre el reino de Satanás, cuando resistió toda tentación, sanando a los enfermos, echando fuera demonios, y resucitando a los muertos. Reuniendo a sus discípulos, Él reconstituyó el Pueblo de Dios como Su Iglesia para que fuera el instrumento de Su Reino. En Su perfecta vida sin pecado, Jesús llenó las demandas del pacto de la ley; y en Su muerte expiatoria en la Cruz, Él tomó el juicio de Dios por el pecado que nosotros merecíamos como infractores y de esa manera desarmó los poderes demoníacos.
El pacto con David fue cumplido en el nacimiento de Jesús de la casa de David, Su ministerio Mesiánico, Su gloriosa resurrección de los muertos, Su ascensión al cielo, y Su dominio presente a la mano derecha del Padre. Como Hijo de David y heredero de David, Él es el eterno Rey Mesías, haciendo que el Reino de Dios avance a través de cada generación y de toda la tierra hoy en día.
NOSOTROS CREEMOS que el Padre y el Hijo derramaron su Espíritu Santo sobre la Iglesia en el Pentecostés con todo poder, bautizándolos al Cuerpo de Cristo y dándoles los dones del Espíritu. El Espíritu trae la presencia permanente de Jesús a nosotros para la adoración espiritual, santificación personal, edificando así Su iglesia; equipándonos para ministrar, y haciendo que el reino de Satanás retroceda por medio de la evangelización del mundo.
NOSOTROS CREEMOS que el Espíritu Santo viene a morar en cada creyente en Cristo Jesús y que Él es nuestra Ayuda, Maestro y Guía. Creemos en el llenamiento o el empoderamiento del Espíritu santo, muchas veces una experiencia consciente, para poder ministrar en el día de hoy. Creemos en el presente ministerio del Espíritu Santo y en el ejercicio de todos los dones bíblicos del Espíritu Santo. Creemos también en la imposición de manos para recibir el poder del Espíritu, para sanidad, y para el reconocimiento y la unción de aquellos que Dios ha ordenado para guiar y servir en la iglesia.
NOSOTROS CREEMOS que el Espíritu Santo ha inspirado a los autores de las Sagradas Escrituras para que entreguen la Palabra de Dios escrita a la iglesia sin error. Recibimos los libros del Antiguo y Nuevo Testamentos como nuestra final, absoluta autoridad, la única norma de fe y práctica.
NOSOTROS CREEMOS que todo el mundo está bajo el dominio de Satanás y que todos somos pecadores por naturaleza y voluntad. Por tanto, todos estamos bajo el juicio de Dios. A través de la predicación de las Buenas Nuevas de Jesús, el Reino de Dios y el trabajo del Espíritu Santo, Dios regenera y bautiza con Su Espíritu a todos aquellos que confiesan sus pecados y se arrepienten de ellos, aceptando a Jesucristo como Salvador y Señor de sus vidas. Haciendo esto somos libertados del dominio de Satanás y entramos al Reino de Dios.
NOSOTROS CREEMOS que todos aquellos que se arrepienten de sus pecados y reciben a Jesús como Señor y Salvador son regenerados por el Espíritu Santo y forman parte de la iglesia universal, el cuerpo vivo del cual Jesús es la cabeza y del cual todos somos miembros.
NOSOTROS CREEMOS que Jesucristo dio dos ordenanzas a la iglesia: el bautismo por inmersión y la Santa Cena. Los dos están disponibles para todo creyente.
NOSOTROS CREEMOS que el Reino de Dios ha venido en el ministerio de nuestro Señor Jesucristo, que continúa viniendo en el ministerio del Espíritu Santo a la iglesia, y que será consumado en la gloriosa, visible y triunfante venida de Jesucristo por segunda vez. Su regreso a la tierra como Rey será la final derrota de Satanás y todo su dominio, la resurrección de los muertos en Cristo, el juicio final, la eterna bendición de los justos y el eterno castigo de los impíos. Finalmente, Dios será todo en todos y Su Reino, Su dominio y poder; serán cumplidos en el nuevo cielo y tierra, recreados por su extraordinario poder, en los cuales Él reinará para siempre con justicia y santidad.